viernes, 1 de noviembre de 2013

Fomentando la autonomía, protección y seguridad en el Alzheimer.

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martes, 1 de octubre de 2013

Cómo acompañar a una persona con Alzheimer durante un Delirio.



La enfermedad de Alzheimer,  a medida que avanza,  puede presentar alteraciones de conducta como delirios y/o alucinaciones. En las alucinaciones la persona oye, ve, huele, percibe o saborea algo irreal. Los delirios son creencias falsas que la persona siente y piensa que son ciertas. 

La persona con Alzheimer puede sentir, de pronto, que alguien le está robando o que le ataca, que le persiguen, o incluso que su familiar más cercano es alguien que le va a hacer daño, y ellos lo viven como real. Ante este hecho el familiar no sabe qué hacer, la desesperación y la tristeza le invaden al comprobar que su ser querido no sólo no le reconoce,  sino que además puede sentir que es un “impostor”.

Como es natural la tendencia desmoralizada del familiar es intentar llevarle a su realidad, haciéndole ver o convenciéndole que lo que él siente no está ocurriendo en realidad, ya que la preocupación del familiar es que su ser querido está empeorando y quiere llevarle a su realidad en un intento desesperado de recuperarle. Estos intentos suelen ser infructuosos,  pues la persona con Alzheimer tiene alterada su capacidad de juicio y razonamiento. Ante esta reacción el enfermo se pone más ansioso pues él lo está viviendo realmente y siente que nadie le ayuda, se siente desprotegido pues un delirio para ellos es tan real como para nosotros nuestra realidad. 

¿Te has preguntado alguna vez cómo te sentirías si experimentases que alguien entra en tú casa para robarte, tú lo estás viendo y tu entorno familiar no hace nada y te dice que eso no está ocurriendo? Cuanto menos sentirías miedo, ansiedad y desconfianza, ¿verdad? Y probablemente reaccionarías con agresividad y defensa.
El objetivo terapéutico principal en este momento es reducir la ansiedad que nuestro ser querido está viviendo,  y para eso nosotros debemos aprender a gestionar nuestras emociones, para poder sostener, guiar y proteger a la persona con demencia.

Es adecuado,  por tanto,  “unirse” a él/ella, (si tiene el delirio contigo es mejor intervenga otra persona si es posible) vivirlo con él, escucharle, dar un pequeño espacio a su emoción y a continuación hacer prácticamente lo que haríamos si estuviera ocurriendo realmente, pero sin ansiedad ya que sabemos que no es real y lo que buscamos es la tranquilidad de nuestro familiar. Por ello daremos primero un espacio para esas emociones que está viviendo, le escucharemos y después le daremos la protección necesaria, llevando a cabo acciones como por ejemplo revisar la casa o cualquier otra acción de protección y empatía relacionada con su delirio. 

No debemos olvidar que lo que buscamos es transmitirle que,  sea lo que sea que esté viviendo, tenemos recursos para afrontar la situación y sobre todo que están a salvo, por tanto ante esta situación no debemos preocuparnos por si le estamos “mintiendo”. Poco a poco iremos derivando la situación hacia la normalidad, cambiándole la atención hacia otro tema en cuanto sea posible, por ejemplo cantándole una canción que reconozca y le guste o utilizando el sentido del humor.

miércoles, 3 de julio de 2013

Comunicación afectiva y Comunicación No Verbal




Desde mi punto de vista uno de los focos principales del sufrimiento del familiar y de la persona con demencia se debe a la ruptura relacional que se produce,  como consecuencia de las limitaciones de la enfermedad neurodegenerativa. Esa ruptura relacional está sustentada por un Deterioro Cognitivo Grave que impide la comunicación y por tanto la interrelación. Es necesario fomentar la comunicación afectiva, ayudar al familiar a desarrollar sentidos ricos, abiertos y flexibles,  ya que  los ojos, las orejas,  que ven y escuchan más allá,  pasan de ser sentidos a ser herramientas psíquicas. 

Cuando hablo de Comunicación afectiva, me refiero a toda gama de expresiones basadas en sentimientos y emociones,  que responden a la necesidad de una persona de comunicarse y de recibir contacto. En este caso estaría enmarcada dentro del campo de la Comunicación No Verbal (C.N.V.) y se hace imprescindible cuando la persona con la que queremos comunicarnos presenta Demencia Avanzada.

La C.N.V. a menudo requiere de una observación atenta, minuciosa y especializada para su percepción. Es importante tener en cuenta el contacto visual, el tono con el que hablamos, la expresión corporal y la proximidad física así como la diversidad de las personas, por lo tanto debemos estar atentos a las manifestaciones de nuestro familiar,  su personalidad, condición física o estado anímico,  en el momento de la psicoestimulación, para ajustar nuestros ritmos de comunicación.

La comunicación afectiva es un factor potenciador en la estimulación de la persona con demencia, mejora la autoestima, proporciona sentimiento de identidad, favorece la empatía. Por lo tanto,  comunicarnos con afecto, armonía, respeto, paciencia, atención consciente en el presente, caricia, responsabilidad  y amor son valores que sin duda enriquecen la comunicación, especialmente cuando la persona vive una desconexión de su entorno.

martes, 4 de junio de 2013

TERAPIAS NO FARMACOLÓGICAS II



Basándonos en la evaluación inicial y dependiendo del rendimiento cognitivo de la persona se deberán establecer unos programas de estimulación cognitiva u otros. 

TERAPIA COGNITIVA Y ENTRENAMIENTO DE LA MEMORIA

Este tipo de terapia está indicada para personas que no presentan deterioro cognitivo o éste es leve. El objetivo es mantener activas las funciones cognitivas (atención, memoria, lenguaje, razonamiento, cálculo, funciones ejecutivas). Sería como una gimnasia cerebral, y deben hacerse ejercicios sistemáticos y programados entrenando cada día una función cognitiva. 

PSICOESTIMULACIÓN.

Los programas de psicoestimulación están indicados para personas que presentan un deterioro cognitivo moderado-grave. y pretenden mantener las funciones cognitivas preservadas y ralentizar el deterioro. Además de trabajar con funciones cognitivas adecuadas a su rendimiento también trabajamos poniendo énfasis en los sentidos y en la comunicación no verbal y afectiva. Debe hacerse un diseño del programa dependiendo de la situación cognitiva y emocional de la persona que va a recibir la estimulación.

La Psicoestimulación, si bien, no impide el curso  inevitable de la enfermedad, sí permite conseguir que el ritmo al que avanza la enfermedad sea más lento, contribuyendo a aumentar la calidad de vida del residente, sus familiares y cuidadores formales.

miércoles, 15 de mayo de 2013

TERAPIAS NO FARMACOLÓGICAS (TNFs) EN LAS DEMENCIAS I.



Ha sido ampliamente demostrada la eficacia de las TNFs en la mejora de la calidad de vida de las personas con demencia. Siguiendo a Olazarán et al. (2010)Las TNFs se consolidan como una herramienta útil, versátil y potencialmente coste-efectiva para mejorar las manifestaciones clínicas y la CdV tanto de la Persona con Demencia como del cuidador”.

Entre los objetivos de las TNFs se encuentran: la mejora y/o mantenimiento de la cognición, atender las capacidades funcionales, físicas, sensoriales  y motoras,  así como afectivas y emocionales. 

Es importante que la persona con demencia reciba la estimulación adecuada basada en una evaluación previa, de manera que estimulemos de manera focalizada y evitemos la frustración y el efecto fatiga. Para ello nos basaremos en disciplinas como la psicología, fisioterapia y la  terapia ocupacional, las cuales trabajan de forma interdisciplinar.

El psicólogo experto en demencias o bien el neuropsicólogo,  evaluarán cognitiva y emocionalmente a la persona con demencia, para después planificar estrategias de actuación en función de unas necesidades detectadas y objetivos marcados. Dicha evaluación consta de pruebas que miden el estado cognitivo,  estado de ánimo y trastornos de conducta y a partir de aquí programará un plan de acción personalizado para la persona con demencia. 



Entre las escalas de graduación del deterioro cognitivo contamos con la Escala GDS (Global Dementia Staging) de Reisberg. Presenta 7 estadios según el grado de deterioro: GDS 1 ausencia de déficit cognitivo; GDS 2 deterioro cognitivo muy leve; GDS 3 deterioro cognitivo leve; 4 deterioro cognitivo moderado; 5  deterioro cognitivo moderado-grave;  6 deterioro cognitivo grave; GDS 7 deterioro cognitivo muy grave.