Ha
sido ampliamente demostrada la eficacia de las TNFs en la mejora de la calidad
de vida de las personas con demencia. Siguiendo a Olazarán et al. (2010)“Las TNFs se consolidan como una
herramienta útil, versátil y potencialmente coste-efectiva para mejorar las
manifestaciones clínicas y la CdV tanto de la Persona con Demencia como del
cuidador”.
Entre
los objetivos de las TNFs se encuentran: la mejora y/o mantenimiento de la
cognición, atender las capacidades funcionales, físicas, sensoriales y motoras, así como afectivas y emocionales.
Es importante que la persona con demencia reciba la estimulación adecuada basada en una evaluación previa, de manera que estimulemos de manera focalizada y evitemos la frustración y el efecto fatiga. Para ello nos basaremos en disciplinas como la psicología, fisioterapia y la terapia ocupacional, las cuales trabajan de
forma interdisciplinar.
El psicólogo experto en demencias o bien el neuropsicólogo, evaluarán cognitiva y emocionalmente a la
persona con demencia, para después
planificar estrategias de actuación en función de unas necesidades detectadas y
objetivos marcados. Dicha evaluación consta de pruebas que miden el estado
cognitivo, estado de ánimo y trastornos
de conducta y a partir de aquí programará un plan de acción personalizado para la persona con demencia.
Entre
las escalas de graduación del deterioro cognitivo contamos con la Escala GDS (Global Dementia Staging) de Reisberg.
Presenta 7 estadios según el grado de deterioro: GDS 1 ausencia de
déficit cognitivo; GDS 2 deterioro cognitivo muy leve; GDS 3 deterioro cognitivo
leve; 4 deterioro cognitivo moderado; 5 deterioro cognitivo moderado-grave; 6 deterioro cognitivo grave; GDS 7 deterioro
cognitivo muy grave.
No hay comentarios:
Publicar un comentario