• Escúchale, no le corrijas, ni discutas con él.
• No pongas en evidencia sus dificultades, anímale.
• Serénalo, no intentes razonar ni darle lecciones.
• Repítele las cosas las veces que sean necesarias, con la misma paciencia que al principio, si hace falta distrae su atención con otro tema.
• Ensálzale lo que SI puede hacer, y no, lo que NO puede hacer.
• Háblale con ternura, paciencia y mirándole a los ojos.
• Háblale con un lenguaje sencillo y claro, utiliza frases cortas.
• Abrázale, pasa tiempo con él.
• Si es posible acércale a la naturaleza, enriquece sus sentidos, con música, olores…
• Estimula sus funciones cognitivas de manera focalizada, esto ralentizará el deterioro.
• Evita los ruidos y lugares concurridos.
• Presta atención a sus necesidades, llegará un momento en que él/ella no te las pueda pedir.
• Intégrale en la familia, dirigíos a él, no le aisléis, dadle seguridad, protección y cariño.
• Serénale, tranquilízale, dale tu amor… el amor no se olvida.
gran blog, te dejo mi voto
ResponderEliminarGracias Eloy, un abrazo,
EliminarElena.