Orientación ¿Qué le pasa a mi padre/madre?
Son muchos los síntomas que pueden hacer pensar en la presencia de una demencia en nuestro familiar. La pérdida de la memoria reciente, desorientación, apatía, depresión, cambios de humor, lenguaje ambiguo o repetitivo etc. Nos pueden hacer sospechar de probable diagnóstico de demencia. En cuyo caso lo mejor es visitar a un especialista.
Hoy en día ya se pueden hacer probables diagnósticos diferenciales en este aspecto y definir tipos de demencia de manera que ajustemos mejor los tratamientos. Una mirada atenta a nuestro familiar, así como una correcta acción preventiva, puede minimizar el impacto de dicha enfermedad en la vida del mayor y su entorno familiar.
Hola a todos, mi nombre es Cristina. Elena me encanta tu sensibilidad, tu fuerza, honestidad entrega, y tu infinito amor por todo lo que haces.
ResponderEliminarLeyendo el blog, me ha recordado que tenía una poesía de una persona con demencia escribía a su hijo, y me gustaría compartirla.Dice así...
AMADO HIJO:
- El día que este viejo y ya no sea el mismo ten paciencia y comprendeme...
- Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme los zapatos, tenme paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas...
-Si cuando conversas conmigo, repito las mismas palabras y sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame, ten paciencia y no digas: "eso ya lo he escuchado dos veces".Cuando eras pequeño, para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos...
- Cuando estemos reunidos y sin querer, haga mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo culpa de ello, pues yo no puedo controlarlas. Piensa cuantas veces de niñ@ te ayudé y estuve pacientemente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo...
- No me reproches porque no quiera bañarme, no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que inventaba para hacerte más agradable tu aseo...
- Acuérdate que fui yo quien te enseñó tantas cosas, comer, vestirte y como enfrentar la vida tan bien como lo haces; son producto de mi esfuerzo y perseverancia...
- Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona...
- Cuando en algún momento mientras conversamos, me llegue a olvidar de qué estavamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y sino puedo hacerlo no te impacientes, tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento...
- Si alguna vez no quiero comer, no me insistas. Se cuando puedo y cuando debo...
- También comprende que con el tiempo, ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir...
- Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice cuando comenzase a caminar con tus débiles piernitas...
- Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades. Al gún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuante te amé...Trata de comprender que no vivo sino sobrevivo, y eso no es vivir...No te sientas triste, enojado o impotente por verme así.
- Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezastes a vivir...
- De la misma manera que yo te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes a terminar el mío...
- Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti...
atentamente
Tu viejo.
Hola Cristina!, gracias por tus palabras, impresionante carta, estoy emocionada. Creo que va muy en la linea de la poesía "los sentidos una ventana al interior", que deja ver las cualidades tan importantes que aprendemos a desarrollar al estar cerca de personas con demencia: la paciencia, el amor, la atención, la empatía, la comprensión, y... más amor. Gracias por compartirla con nosotros. Un fuerte abrazo!!
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