viernes, 19 de abril de 2013

ÁNGELES



Cuando te vi por primera vez tenías 58 años, eras como un ser de luz resignado, tu mirada apagada, tu sonrisa extinguida, la esperanza y el sentido habían desaparecido para ti. Pero el amor de tu primo hizo que él no se resignara, él creía en ti, y siempre te dio los mejores cuidados, ya que a esta temprana edad, tenías pérdida total de audición y Deterioro Cognitivo Grave. La atención y el cariño de él fue como una vela en una cueva, miraste allí y cogiste la mano que te tendió. 

En ese momento llevabas  más de un año  en el que  tú primo se dio cuenta que te estabas  apagando poco a poco, estabas desmotivada, no respondías a casi ningún estímulo, nada te emocionaba. Quizá  decidiste no luchar más, el cansancio físico y emocional eran ya muy pesados, pero al sentir el amor de tú familia, que no se rendía,  y solicitó terapia domiciliaria, re-decidiste que no era el momento de irte. 

Empezamos los talleres de psicoestimulación (orientación a la realidad, estimulación cognitiva y psicomotricidad),  aderezados con un profundo y sentido afecto, que te dieron calidad de vida. Cada día ponías todo tú empeño en realizar las tareas,  para después descansar. Viajaste a Navarra, con tu cuidadora (“tu otro yo”, pues dependías de ella para todo) ella te llevaba con su familia en verano y disfrutabas del calor del hogar. Bailaste, reíste, sentiste, viviste… y nosotros contigo.

Recobraste tu sonrisa y tu luz se iluminó, resurgió el fuego en tus ojos durante dos años más…, después te marchaste, no sin dejarnos una lección de coraje y lucha. Admiré tú transparencia como ser humano, tú capacidad de expresar con tus gestos cómo te sentías… bastaba mirarte a los ojos…,  tú sonrisa iluminaba el espacio,  y el calor del abrazo te calmaba, tus caricias sustituyeron tus palabras, convirtiéndose en  tus mejores herramientas de conexión con ese mundo que a tus 21 años dejaste de percibir igual,  debido a un tumor en la cabeza que cambió tú vida para siempre… 

Elena Cárdenas, en memoria de Angelines, GRACIAS.